sábado, 12 de julio de 2008

LA MUERTE Y EL SILENCIO





Una tragedia se superpone a la otra. A comienzos de semana, supimos la historia de 14 jóvenes arrojados por la borda de una patera que llegó a Granada; dos días después, el indescriptible dolor de esas madres arrojando por la borda a sus nueve bebés de una embarcación neumática a la deriva frente a las costas de Almería. Y ahora, las dantescas imágenes obtenidas por Carlos Fernández en La Gomera de ese cayuco que llegó a tierra con cuatro cadáveres a bordo entremezclados con los supervivientes, fotos que vuelven a mostrar con crudeza una realidad que muchos quieren ignorar.
Pasada la estupefacción y el horror, ya asoman los discursos de siempre. Se lo oí a Consuelo Rumí el otro día. "Culpa de las mafias que extorsionan a esta pobre gente", vino a decir. ¿Las mafias? ¿Quién obliga a estos jóvenes a subirse a un cayuco y jugarse la vida? ¿Las mafias o una Europa que se va poblando de Berlusconis que fichan a los gitanos y de fronteras con vallas y concertinas? ¿Las mafias o una legislación cada vez más dura, más intrasigente, que no deja resquicio para que estos chicos puedan venir legalmente? A veces valdría más que se callaran.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por tus comentarios bester. Desgraciadamente no evitarán tanta muerte pero seguro que hay un poco menos de silencio.

 
Free counter and web stats